¿Por qué comer pescado puede ser clave para una mejor salud cardíaca?
NCYT, 10/07/2025
El consumo habitual de pescado, en particular pescados grasos como el salmón, la sardina, el atún o la caballa, se asocia con un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Esto se debe a su alto contenido en ácidos grasos omega-3, compuestos que poseen propiedades antiinflamatorias, antitrombóticas y antiarrítmicas. Un estudio clave publicado en The Journal of the American Medical Association (JAMA) reveló que las personas que consumen pescado al menos dos veces por semana tienen un riesgo significativamente menor de morir por causas cardíacas. Los omega-3 no solo ayudan a reducir los niveles de triglicéridos y la presión arterial, sino que también estabilizan el ritmo cardíaco y disminuyen la formación de placa en las arterias.
No todos los pescados ofrecen los mismos beneficios. Los más ricos en omega-3 son los pescados azules o grasos. Entre los más recomendados encontramos: salmón, sardinas, caballa, atún (preferentemente fresco) y arenque. [...] Para maximizar los beneficios cardíacos del pescado, es importante considerar su preparación. Lo ideal es consumirlo al horno, a la plancha o al vapor, evitando frituras o salsas con alto contenido en grasas saturadas. También se recomienda limitar el consumo de pescados grandes como el pez espada o el atún rojo, debido a sus niveles potenciales de mercurio.
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