viernes, 1 de julio de 2022

El veneno de una caracola se utiliza para crear nuevos fármacos para la diabetes

El veneno de una caracola se utiliza para crear nuevos fármacos para la diabetes

A partir de la toxina del molusco se sintetiza insulina de acción rápida.


Anna Rogers, 28 de junio de 2022

Si queremos coger un cono de mar vivo en la orilla por el gusto de coleccionarlo tendremos que ser cautos, pues algunos poseen un dardo lleno de veneno fulminante que puede causar la muerte. Conocer por qué esta sustancia afecta con suma rapidez a partes esenciales del organismo podría inspirar medicamentos que salven vidas: el veneno del cono marino contiene insulina, una hormona que ayuda a las células a metabolizar la glucosa de la sangre y que muchas personas diabéticas se inyectan a diario. Pero la insulina de este molusco gasterópodo tiene algo especial, ya que reduce con rapidez la concentración de glucosa en la sangre de sus presas. La insulina humana actúa con mucha más lentitud; tiende a formar agregados que la estabilizan y facilitan su almacenamiento en el cuerpo, pero impiden que cumpla su función hasta que no se disgrega. La insulina del cono de mar podría brindar pistas para crear una insulina que no se agregue y surta efecto rápido. En un estudio publicado en Nature Chemical Biology, la bióloga de la Universidad de Copenhague Helena Safavi-Hemami y sus colaboradores han demostrado la peculiar morfología de la insulina del cono de Kinoshita (Conus kinoshitai). El equipo incorporó regiones únicas de esta molécula a la insulina humana y creó así un híbrido que carece de la región humana responsable de la agregación.
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