viernes, 22 de febrero de 2019

Hacia una cura para el joven que envejece a cámara rápida

Hacia una cura para el joven que envejece a cámara rápida

Un científico de 23 años participa en el descubrimiento de una terapia experimental para su propia enfermedad, que suele matar a los afectados en la adolescencia



Con apenas dos años de vida, llegó el diagnóstico: Sammy Basso sufría el síndrome de progeria de Hutchinson-Gilford, un trastorno genético extremadamente raro que hacía que el niño envejeciera a cámara rápida. No había cura. Lo normal, dijeron los médicos, es que Sammy muriera antes de cumplir 13 años. Pero Sammy sigue vivo. De niño, conoció a uno de los principales expertos del mundo en envejecimiento, el español Carlos López Otín, y decidió seguir sus pasos para investigar su propia enfermedad. A sus 23 años, Basso se acaba de licenciar en Biología en la Universidad de Padua y hoy publica junto al equipo de López Otín los resultados de un tratamiento experimental que ha logrado aumentar un 25% la longevidad de ratones afectados por el síndrome. “No sé si me ayudará a mí, pero por primera vez puedo creer que, en el futuro, los niños con progeria podrán vivir una vida normal”.
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